Supongamos
que miro el reloj
y no
es esa hora a la que me suicido.
Que
las manecillas no se encuentran paradas,
en
ningún número o en ningún momento.
Supongamos
que el silencio no me ha despertado,
que
miro la alarma que no suena
y no
es esa hora que yo quisiera que fuera.
Supongamos
que mis dedos
no
acaban apuntando todas las salidas de emergencia.
Que
el mundo tarda en girar
lo
que el segundero da una vuelta.
Supongamos
que vivo en el punto exacto
donde
mis piernas acaban,
y se
deshacen mis huellas.
Supongamos
que escalo las escaleras de tus costillas
y no
me encuentro con el cadáver de un recuerdo.
Que
los caminos se convierten
sólo
en la sombra que proyecto.
Supongamos
que te sigo queriendo
y que
te doy la espalda
sólo
para dormir.
Supongamos que no vivimos equivocados adictos a ese cadáver del recuerdo... ¿Se consideraría necrofilia? Vale sí, he desvariado, perdona x)
ResponderEliminarVivimos aferrados al cadaver del recuerdo o del pasado pero, al fin y al cabo, el pasado es solo la historia que nosotros nos queremos contar
Eliminar"Y lo peor es que incluso dándote la espalda me espera tu recuerdo entre sueños. Pronto te veo de nuevo."
ResponderEliminarMuy bonito, te invito a pasarte por el mío: para1extranhodestinatario.blogspot.mx
Un beso desde México.