• (n) fuerte inclinación hacia los sentimientos, alguien que tiene la capacidad de percibir

    No te odio



    Te atreves a desafiar el futuro
    entrando con tal desaire en la herida
    - en mi vida-
    con la cara del niño que nunca ha roto un plato
    pero lleva pegamento entre los dedos.

    Asaltas mi vida sin avisar
    oigo el golpe de la puerta
    y no me da tiempo a esconder los ases en mi manga.
    Las cartas se quedan sobre la mesa
    y un montón de papeles rotos y arrugados
    que hablan más que las palabras.

    Apareces en las cicatrices de mi piel,
    en las arrugas de mi cama,
    en la fecha de caducidad del yogurt,
    y ahora también frente a mis ojos.

    No te das cuenta que somos dos espaldas,
    ilógicamente enfrentadas.
    Que si comenzamos a caminar para encontrarnos
    solo vamos a estar más cerca de nuestra ausencia.

    Crees que te echo de menos
    pero echo de más los versos que hablan de ti.
    Que no soy yo la que te escribe,
    son estos malditos dedos
    que llevan tatuado tu nombre.
    O este maldito lápiz
    que suda la rabia
    y viola folios vírgenes.

    Atracas a sangre fría
    el silencio de los meses
    que murmuran aún tu recuerdo.
    Y te abrazas a el,
    con la esperanza que tus brazos
    lleguen hasta mí.

    Pero no te das cuenta,
    somos dos espaldas enfrentadas,
    que se acarician en la distancia
    y en el pasado de los verbos.

    No quiero odiarte
    y eso es,
    como permanecer con la boca abierta
    y esperar que salga el grito.

    No te odio.
    Como odian los pobres a los ricos.
    Te quiero.
    Como quieren los ricos a los pobres.


    2 comentarios:

    1. No hay un sólo verso que no sea digno de mencionar, en serio. Espero que tengas más lectores que seguidores porque sino menuda injusticia. Enhorabuena por escribir así (:

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