Acabo de terminar el último sorbo del "libro de los abrazos". Y digo sorbo porque ha sido como sentarse en la barra de un bar mientras te tomas una copa y vas escuchando y viendo pasar gente a tu alrededor... Yo soy de esas que presta atención a las conversaciones de personas ajenas y este libro es un poco así, pequeñas historias que traen imágenes, recuerdos y más historias a nuestra vida.
Esta es solo una de las bonitas historias que he podido encontrarme:
La pequeña muerte
No nos da la risa el amor cuando llega a lo más hondo de su viaje, a lo más alto de su vuelo: en lo más hondo, en lo más alto, nos arranca gemidos y quejidos, voces de dolor, aunque sea jubiloso dolor, lo que pensándolo bien nada tiene de raro, porque nacer es una alegría que duele. Pequeña muerte, llaman en Francia a la culminación del abrazo, que rompiéndonos nos junta y perdiéndonos nos encuentra y acabándonos nos empieza. Pequeña muerte, la llaman; pero grande, muy grande ha de ser si matándonos nos nace.
Me parece increíble comparar un abrazo como símbolo de despedida y, en consecuencia, de muerte. Porque si, algo se muere en nosotros cuando una persona desaparece de nuestra vida pero lo cierto es que, tal y como dice este pequeño cuento, en ese mismo momento, quizá, comience a nacer algo...
0 comentarios:
Publicar un comentario